¿No les llama la atención que cada vez que van a un centro de comercio se usa una cantidad indiscriminada de bolsas plásticas? Incluso aunque lo que se compra sea muy chico o poco o se vaya a usar inmediatamente, igual se mete en una bolsa, con lo que sólo se contribuye con una basura más.

Las bolsas plásticas son altamente contaminantes, nocivas y fuente de grandes problemas ambientales. Sin embargo, su reciclaje es muy caro, por lo que las empresas prefieren comprar bolsas enteramente nuevas que reciclar las ya usadas. Así se va aumentando cada vez más su cantidad.
Pero esta situación es totalmente evitable si es que cada uno pone un mínimo de esfuerzo. Existen distintas opciones. Puede uno simplemente pedir que no le den bolsa y llevarse lo comprado en la mano, cartera o bolsillo, o si es una mayor cantidad de mercadería, aprovechar y maximizar el uso de las bolsas.
Otra posibilidad alternativa son unas bolsas reutilizables, llamadas a veces «bolsas verdes» (como la de la foto), que hace poco llegaron a supermercados y grandes tiendas de Chile. Estos bolsitos, a pesar de tener que ser compradas por alrededor de $500, tienen una ventaja social y ambiental que puede llegar a valer mucho la pena. Tienen una amplia capacidad para las compras e incluso en algunos casos, si se recuerda decirle a la cajera que lleva consigo estas bolsas, uno gana puntos. Con esto no hay aquí ninguna intención de promocionar alguna marca, pero sí llamar a la posibilidad de usar activamente esta alternativa.
En otras partes del mundo el uso de bolsas plásticas ya ha sido prohibida, y otros lugares en que se cobra por cada una, con lo que se ha logrado impulsar el uso de estos bolsitos verdes o de aprovechamiento y reutilización de las tradicionales bolsas. Sin embargo, como a nuestro país aún no llegan este tipo de políticas, sería muy positivo para nuestro presente y futuro que empecemos a impedir el derrochamiento de materiales contaminantes, porque con cada granito de arena con que uno ayude, este mundo puede ser un mejor lugar.